Abel de Vicente, fundador de “Equipo Hacha” lleva toda su vida vinculado a la madera y ha participado en las Jornadas Universitarias de los Pirineos que tienen lugar esta semana en Barbastro, El Grado, Alquézar, Torreciudad y Graus. El artista soriano ha elaborado miles de esculturas con motosierra que decoran diferentes lugares de España.

Abel procede de Covaleda en Soria y ha sido varias veces campeón del Open Internacional de Vic. Se mueve mucho a nivel internacional sobre todo por Latinoamérica en los inviernos y en España hace el verano.
¿Cómo empieza tu afición por la madera? Aunque, quizás, más que afición es pasión.
Pues sí. Al final tengo una empresa forestal que empecé con 14 años trabajando en el monte con la motosierra y ahora tengo mi empresa. Más tarde, hace unos veinte años, en una feria forestal vi a un hombre en Francia hacer una escultura y me arranqué con ello. A partir de ahí ha venido todo rodado. Es una pasión; me paso el día con la motosierra.
¿Con qué apoyos has contado?
Mi mujer es la que más me aguanta el ruido y las salidas. Estoy todo el día fuera de casa. Luego, la marca Stihl con la que trabajo desde 2002. Tengo un contrato de colaboración con ellos y me han dado todo el apoyo en maquinaria y en organización.
¿Qué es lo que más disfrutas del proceso de convertir un tronco en una figura?
Cuando tengo la figura ya sacada. Siempre digo que en diez cortes tiene que verse lo que estoy haciendo y creo que hoy, en diez cortes, ya sabíais lo que estaba haciendo. Eso es lo que más me gusta: cuando voy a toda velocidad con la motosierra grande, me retiro y digo ¡ya está!. Luego ya es detallar y detallar. Me gustan los cortes principales porque lo de después ya es ir haciendo detalles.
¿Cuál es la figura que más veces has hecho?
El águila. Hago una media de cien eventos al año y lo hago en casi todos.
No hay ninguna igual. Por mucho que quieras no la sacas igual… Si no le cambias el pico, le cambias la garra o sino las plumas. No hay ninguna igual. Esto no es mecánico, es manual. Es imposible hacer dos iguales.
No sé si has tenido alguna vez la oportunidad de hacer una exhibición delante de doscientos jóvenes universitarios. ¿Cómo ha sido?
Todo muy bien. Sorprendido. Cuando me dijeron que era para universitarios tenía dudas de cómo iba a salir. He quedado sorprendido y muy bien acogido. Además, el entorno con el santuario de Torreciudad y el embalse de El Grado, la verdad, más bonito no puede ser. Está todo precioso. Vengo mucho a este entorno porque siempre me llaman de Barbastro.